Hace un año atrás, mientras Juan Mónaco lograba tres títulos ATP en un año y asomaba a ser como una gran promesa para el recambio de "La Legión", Juan Martín del Potro luchaba con las lesiones en su espalda que no lo dejaban demostrar lo que eventualmente un día llegó a ser.
Dejó de estar encasillado con el título de promesa y ahora se convirtió en realidad, y justo en un año en el que los argentinos brillaron por su ausencia en el circuito.
El punto de inflexión se dio cuando a principio de año contrató a Franco Davin como su entrenador, quien estuvo junto a Gastón Gaudio cuando "El Gato" se quedó con Roland Garros en 2004. Davin le fue mostrando un nuevo estilo de juego y acrecentó las cualidades que ya venía mostrando el tandilense.
Los 198 centímetros favorecen a su poderoso saque, que actualmente no se concentra en meter grandes cantidades de aces, sino en tener un saque que desacomode al rival y poder dominar el punto desde el comienzo.
Una derecha con mucha técnica que exige al máximo a sus oponentes y con el que logra un buen porcentaje de puntos ganadores por partido.
También hay que mencionar su revés a dos manos, golpe que realiza con mucha soltura y sutileza a la hora de definir y defender.
"La Torre de Tandil", como se lo escucha nombrar en las transmisiones de televisión, está viviendo un presente formidable. Consiguió cuatro títulos consecutivos (Kitzbuhel, Stuttgart, Washington, y Los Ángeles), pero aún así, lejos de agrandarse, mantiene un perfil muy bajo.
Con 19 años, 20 el próximo 23 de septiembre, tiene un carácter tranquilo y una personalidad simple y generosa, sino habría que preguntarle a su hermana, a la que le regaló el Mercedes Benz que consiguió al ganar el torneo alemán.
"Me saqué la carga de que toda la gente hablara y esperara tanto de mí. Hasta hace unos meses atrás eran expectativas frustradas de la gente y mías también, pero ahora la gente sabe que puedo lograr cosas grandes", manifiesta del Potro, que en su forma de hablar parece una persona experimentada, aunque todavía sigue siendo un adolescente.
Marcos Arnoten
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